
No debe ser nada fácil ser el hijo o la hija de un director de cine consagrado, con una estética muy personal y una capacidad creativa enorme. Pensemos en el caso de Jennifer Lynch, quien filmó cuatro películas tratando de imitar el estilo de su padre y resultó que solamente Chained es respetable. No por casualidad es la que menos se parece a la obra de David Lynch. Las otras tres – Boxing Helena, Surveillance y Hiss- son simplemente descartables.
A priori, uno podría llegar a pensar lo mismo de Brandon Cronenberg, cuya filmografía bien podría ser una pálida copia de la de David, su padre. Es que no solo se requiere el ojo del buen cineasta, sino también despojarse de las presiones y ser uno mismo. Eso es lo que no le salió nada bien a Jennifer Lynch. En cambio, Brandon Cronenberg sí pudo hacerlo. Con solo haber filmado dos películas ya está transitando su propio camino. De cineasta promisorio ya pasó a ser un talento para tomar muy en cuenta.
Su primera película, Antiviral (2012), transcurre en un futuro distópico cercano en el que una corporación muy exitosa vende enfermedades de famosos a su fans más fanáticos – valga la redundancia. Con una estética refinadísima y una puesta en escena impecable, esta satírica ópera prima es visualmente magnética. También su premisa es interesante, pero el problema está en el tono. Es una película gélida, distante. Por eso es casi imposible involucrarse con los personajes. Falta el drama humano que Antiviral necesita. Aún así, vale la pena verla.
Este año Brandon Cronenberg estrenó Possessor. Y ya no es más un cineasta promisorio. Es un director con todas las letras. Hacía mucho tiempo que no veía una película con tantos niveles de lectura, tan comprometida con su premisa y tan bien ejecutada. Es impredecible, incómoda por momentos, audaz en su mirada y con un pregnante aire surrealista. Su estética supera a la de Antiviral, y esta vez sí nos importa lo que les pasa a los personajes. Hasta sufrimos un poco por ellos. Por más que ellos sufran más.

Possessor cuenta la historia de Tasya (Andrea Riseborough), una agente que trabaja para una corporación secreta que utiliza tecnología de avanzada para instalar implantes en su cerebro con el fin de habitar los cuerpos de otras personas. Así, las personas invadidas por estos agentes son obligadas a asesinar a individuos marcados por clientes ricos. Una suerte de sofisticados asesinos a sueldo que no pueden responder por sus actos. Pero las cosas se complican cuando la víctima de turno, Colin (Christopher Abott) resulta ser más perceptivo de lo que se pensaba. Incluso Girder (Jennifer Jason Leigh) lo considera una amenaza. Y ahí empieza a desarrollarse una historia que nadie preveía.
Aunque esté influenciada por Existenz, Scanners e incluso Videodrome, Possessor no es una película derivativa. Porque algunos temas que estas películas de David Cronenberg exploran, en Possessor son resignificados, o más bien amplificados. Porque funcionan más como referencias y puntos de partida para la narrativa. Es que Brandon Cronenberg está más inclinado a poner en crisis la noción de identidad, tanto de una manera existencial, si se quiere, como de una manera más terrenal y concreta. Investiga, también, la indivisibilidad entre la tecnología y el hombre.
Respecto al drama humano, uno de los ejes esenciales es la gran dificultad por procesar pérdidas. También el dolor de alejarse de los afectos cuando no es uno el que tomó la decisión. O la tomó en un mal momento y ahora se arrepiente. Pero hay algo más profundo: el hastío y el vacío de existir. No por nada alguien se convierte en un agente de la corporación.
Es claro que esta película tiene muchas ideas, pero esas ideas nunca eclipsan a las problemáticas de sus personajes. Es que las corporaciones corruptas sumadas a sus conspiraciones crean víctimas por todos lados, incluso víctimas no deseadas. Y victimarios que cambian de rol sin que puedan hacer nada para evitarlo. Y este es otro eje muy importante: la lucha entre dos personas que conviven en un mismo cuerpo hasta que solamente quede una viva. O que las dos se fusionen en una. Nadie en la corporación se lo esperaba porque no tomaron en serio el factor humano, que es siempre impredecible.

(Disponible en online y en torrents)
Possessor (2020, UK, Canada)
Escrita y dirigida por Brandon Cronenberg. Con Andrea Riseborough, Christopher Abott, Jennifer Jason Leigh. Fotografía: Karim Hussain. Montaje: Matthew Hannam. Música: Jim Williams. Duración: 103 minutos.