Un grupo de cinco amigos ingleses, ex-compañeros universitarios, se juntan en un pub para planear sus vacaciones. Hay varios destinos posibles y finalmente se deciden por una zona montañosa en Suecia. Al terminar la noche, Robert (Paul Reid) y Luke (Rafe Spall) se separan del resto y van a una licorería a buscar más alcohol. Pero llegan en un muy mal momento: en el medio de un asalto. En cuestión de minutos, Robert es asesinado mientras que Luke, muy asustado como para intervenir, se esconde detrás de una góndola. Salva su vida, pero en no mucho tiempo se va a dar cuenta de que tiene que pagar un precio muy alto. Es que hay recuerdos que son indelebles.
Seis meses después y en honor a Robert, los cuatro amigos van a pasar sus vacaciones como mochileros a los bosques suecos, más precisamente a la zona que Robert había sugerido. La expedición transcurre normalmente hasta que Dom (Sam Troughton) tiene un accidente y se lastima la rodilla. Caminar se le hace difícil, por eso Hutch (Robert James-Collier) insiste en que tomen un atajo que atraviesa una región ancestral y desconocida, bien lejos de toda civilización. Es de esperar que ahora sí todo se torne muy peligroso.
Estrenada en el Festival de Toronto con buena repercusión de público y crítica, Ritual ha sido comparada con The Blair Witch Project, sin embargo las similitudes entre ambas películas son superficiales. Sí, es verdad que Ritual transcurre en un bosque en el que los amigos se pierden y en el que aparecen presencias malévolas y huellas de rituales sacrificiales. También es cierto que el fuera de campo juega un papel esencial para crear suspenso y miedo. Sin embargo, no hay nada similar en la estructura narrativa: no hay found footage, ni relato en primera persona del singular, y tampoco el horror está siempre sugerido. Acá aparece de cuerpo entero, y no pocas veces.
Aparte, Ritual es una película sobre la culpa, el sufrimiento y el martirio por no haber intentado salvar la vida de un amigo, quizás por instinto de supervivencia o quizás por cobardía. Sea como fuere, el dolor es intolerable. Así, el viaje por el bosque con todos sus obstáculos y amenazas (y aquí aparecen los cruces con las películas de supervivencia) es, al menos en gran parte, una acertada metáfora del viaje interno de Luke en el camino de la expiación. Lo que Luke no sabe es que su liberación puede traer aún más horror que el pecado original.
Fotografiada en ominosos tonos fríos y oscuros, enfatizando el aislamiento de los personajes y sugiriendo lo ominoso de eso que se agazapa en la oscuridad, el diseño visual de la ópera prima de David Bruckner es impecable en cada uno de sus detalles. Como en las mejores películas de terror, hay una tensa atmósfera de perturbación, incomodidad y espanto que va in crescendo hasta llegar a picos de fuerte impacto. No porque lo que acá se vea sea original ya que no lo es. Pero aún sí impresiona y descoloca.
Y a diferencia de muchas películas de una estética estilizada, Ritual presenta un drama que se siente tangible y cercano. Sangre y carne no faltan nunca. También a diferencia de gran parte del cine de terror promedio, las interpretaciones son más que convincentes, en un registro realista, con personajes no muy desarrollados pero efectivos para los fines de la historia. Lo que tiene sentido porque Ritual no es un estudio de personajes, sino una exploración de demonios internos.
Lamentablemente, el talón de Aquiles de Ritual es también bastante conocido. En el tan mentado tercer acto, es decir la última media hora, dos problemas juntos quiebran tanta cohesión previa: una (sobre) explicación del por qué de lo maligno, y un cambio inesperado de tono hacia un terror de un subgénero diferente. Como en tantos otros casos, explicar mucho menos hubiera sido una mejor estrategia. Porque en películas como ésta, la ambigüedad siempre es más contundente. Por otra parte, el cambio de tono y los lugares comunes no le hacen justicia al relato tan climático que se venía contando. Hasta parece salido de otra película. ¨Pero si se dejan estos reparos de lado, Ritual ofrece una experiencia escalofriante. No es poco.
Ritual (The Ritual, Inglaterra, 2017) Puntaje: 8
Dirigida por David Bruckner. Escrita por Joe Barton, sobre una novela de Adam Nevill. Con Rafe Spall, Robert James-Collier, Sam Troughton, Arsher Ali, Paul Reid, Kerri McLean. Fotografía: Andrew Shulkind. Música: Ben Lovett. Montaje: Mark Towns. Duración: 95 minutos