Host, dirigida por Rob Savage

La premisa de Host es bastante simple, y también muy acorde a los tiempos. Cinco amigas y un amigo contratan a una médium para tener una sesión de espiritismo via Zoom durante la cuarentena. Como es de esperar, todo sale bastante mal. Excepto la película, que funciona más que bien.

Y eso que podría haber sido un desastre. Porque tiene muchos elementos en contra, léase la casi continua sucesión de primeros planos fijos, el diálogo banal para darles algunos rasgos a los personajes, la obvia dificultad para conjurar espíritus que den miedo a través de Internet (un ejemplo fallido es Eliminar amigo / Unfriend, aunque admito que algo me gustó) y, por supuesto, el recurso de la cámara en primera persona cuando los personajes asustados abandonan sus computadoras  e intentan huir de demonios que más vale ni ver de lejos, y también el look documental realista y junto al registro de sonido realista.

Son todos recursos que se han usado mucho. En parte porque permiten hacer películas de muy bajo presupuesto y por otra parte porque hay cierta confianza en que van a ser impactantes per se. Lo cual es claramente una falacia.

Pero acá, en el caso de Host, estos elementos han sido utilizados con inteligencia, sin abusar ni quedarse corto, con sorpresas poco agradables y momentos de mucha tensión. Es que más allá del impacto momentáneo, hay una progresión dramática in crescendo, con las típicas treguas ocasionales que después dan paso a un contacto, virtual y real, con demonios espantosos. Nada pasa porque sí. Con solo 57 minutos de duración, esta película inglesa dirigida por Rob Savage es la gran sorpresa del año.

Después, o antes que nada, están las muy convincentes interpretaciones. En este tipo de películas los actores suelen ser mediocres porque, una vez más, se da por sentado que no hace falta que sean buenos. Y sí hace falta. Porque para involucrarse con lo que le pasa a estas personas es imprescindible que conmuevan y que hagan sentir que lo que se ve podría estar pasándole a cualquier conocido. O peor aún: podría pasarle a uno mismo.

Y este es uno de los puntos claves del éxito de Host: transmitir el realismo de la sesión de espiritismo que va de mal en peor. Lo mismo pasaba con The Blair Witch Project, la gran precursora en el uso de la cámara en primera persona en el cine de terror del último tiempo (después vinieron decenas de pseudocopias olvidables). Pero viendo Host uno cree, de verdad, que estas pobres chicas están muertas de miedo y que van a ir muriendo una detrás de la otra de maneras cada vez más crueles.

Queda claro que en términos de contenidos no hay nada nuevo. No se trata de una innovación autoral ni una exploración del cine de terror más subversivo. Lo que hay es una fórmula ejecutada a la perfección que garantiza un miedo real y casi tangible. Y mucha desesperación. Hasta quizás los demonios sean las metáforas del virus de la pandemia que estamos atravesando. Un virus que se puede filtrar cuando uno menos se lo espera.

(Disponible online y en torrents)

Host (EEUU, 2020, Inglaterra)

Dirigida por Rob Savage. Escrita por Rob Savage, Gemma Hurley, Jed Sheperd. Con Haley Bishop, Radina Drandova, Edward Linard, Jemma Moore, Caroline Ward, Emma Louise Webb, Alan Emrys.