Boda sangrienta, de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett.

De vez en cuando aparece una película de terror con una trama sencilla, incluso similar a la de tantas otras, sin mayores pretenciones, bien ejecutada y esencialmente con la voluntad de entretener. A veces incluso hay cruces de géneros. Como broche de otro, hay finales que son excelentes y, entonces, te das cuenta de que la película en cuestión es mejor de lo que parecía. Boda sangrienta, la ópera prima de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, es una de esas rarezas.

Nominada a Mejor Película en el Festival de Sitges, Boda siniestra cuenta la historia de un casamiento con ribetes macabros. Después de una elegante ceremonia nupcial en la lujosa mansión del clan Le Domas, el novio, Alex Le Domas (Mark O’Brien) le cuenta a su feliz novia, Grace (Samara Weaving, casi un clon de Margot Robbie) que la ceremonia todavía no ha terminado. Más bien, todo lo contrario. Porque que como parte de un aparentemente inocente y tradicional juego de la familia para incorporar al nuevo miembro al clan, todos se reúnen en una gran living room que oculta una historia siniestra. Cada uno tiene que sacar una tarjeta de una caja de madera con el nombre de un juego distinto: damas, ajedrez, croquet… todos juegos sin peligro alguno. Pero también está “las escondidas”, la tarjeta tan temida que Grace saca y que da inicio a una larga noche sangrienta.

Sin sospechar nada, Grace primero se esconde en un montacargas hasta que termine el juego, es decir hasta el comienzo del nuevo día. Y armados hasta los dientes salen a la caza todos los miembros del clan Le Domas: el mismo Alex, su hermano alcohólico Daniel, su padre Tony (un muy convincente Henry Czerny), su madre Becky (Andy Mac Dowel, quien se luce en su primer rol decente desde Cuatro bodas y un funeral), la insoportablemente snob esposa de Daniel, Emile, la hermana drogadicta de Alex, junto con su quejoso esposo Fitch Bradley, y la sombría Helen.

Eventualmente, se revelará la razón de ser del juego macabro, que está vinculada a cómo se hizo la fortuna del clan. Pero mientras tanto Grace tendrá que escaparse de los cazadores a través de los amplios corredores de la mansión y sus espaciosos jardines, buscando refugio en las penumbras y evitando las zonas más visibles. Claro que todo tiene un límite y en algún momento Grace va a tener que empezar a defenderse, con saña y furia.

Con un ritmo que se acelera vertiginosamente, una fotografía que crea ambientes ominosos y una paleta cromática que hace de los verdes y ocres tonos temibles, Boda sangrienta encuentra un tono oscilante entre el thriller, la farsa, la comedia negra y el slasher, gore incluido. Hasta hay algo de comentario social.También se la puede pensar como una mezcla de Clue y You’re Next, pero con un discurso a tono con los tiempos de capitalismo tardío: los ricos devoran a los pobres, forjan sus fortunas a fuerza de pactos siniestros, carecen de toda moral para mantenerlas y, en el fondo, todo es un juego para ellos. Un juego en el que los que pierden son siempre los otros. O casi siempre.

Quizás un tanto explícito por momentos, estos conceptos están más al servicio de una mirada cómica que a la gravedad de la denuncia política. Porque lo más divertido son las persecuciones deseperadas y las muertes sangrientas. También es cierto que la narrativa a veces se torna repetitiva, pero es una falla menor que desaparece en el último tramo, coronado por un final tan lógico como inesperado.

Nada de todo esto hubiera funcionado bien sin las admirables interpretaciones, a veces paródicas y otras dramáticas, de casi todo el elenco – con Samara Weaving, Henry Czerny y Andie Mac Dowell a la cabeza. Hasta da la sensación de que todos se divirtieron mucho haciendo esta película. Incluso la novia fugitiva. No está de más recordar que antes de casarse hay que prestarle mucha atención a la familia del prometido/a. Ante la duda, es mejor seguir siendo novios. Y eso Grace lo sabe muy bien

Boda Sangrienta (Ready or Not) (EEUU, Canadá/2019). Puntaje: 8

Dirigida por Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett. . Escrita por Guy Busick, Ryan Murphy Con Samara Weaving, Mark O’Brien, Henry Czerny, Andie MacDowell, Nicky Guadagni, Adam Brody. Fotografía: Brett Jutkiewicz. Música: Brian Tyler. Montaje: Terel Gibson. Duración: 95 minutos.