Bajo mi piel morena, de José Celestino Campusano

Bajo mi piel morena es y no es una historia sobre mujeres trans. Es que la nueva película de José Celestino Campusano (Vil romance, Vikingo, Hombres de piel dura, Placer y martirio) no es un retrato convencional sobre la naturaleza de la transexualidad – para el caso, nada es convencional en la filmografía de Campusano. Claro está que aparecen la discriminación, las burlas, los prejuicios y el maltrato que sufren las sexualidades disidentes. Eso no podía faltar para que sea verosímil. Aún así, lo más preciso sería decir que es una historia sobre el amor y el desamor, sobre ilusiones y desilusiones, con tres mujeres trans como protagonistas.

Como prácticamente todas las películas de Campusano, esta también transcurre en el conurbano. Morena (Morena Yfrán) es una mujer trans que vive con su madre en zona sur. Desde muy joven, Morena solamente ha trabajado en talleres textiles. Nunca accedió a prostituirse. Pero no censura que otras lo hagan, simplemente ella optó por otra vida. Sus dos amigas, Claudia (Maryanne Lettieri) y Myriam (Emma Serna) tienen ocupaciones muy diferentes. Claudia se recibió de profesora hace muy poco y ahora está ejerciendo su primera suplencia en una escuela secundaria. Y Myriam se dedica a la prostitución, con protección de la policía y algún que otro amante. No hay aquí tampoco una demonización de la profesión más antigua del mundo. Tampoco una apología. Se la toma como lo que es: una manera de ganarse la vida.

Lo que sí comparten todas ellas es la búsqueda de afecto y amor. Y esta búsqueda, con todas sus alegrías y sinsabores, es lo que está en primer lugar en este relato mientras que el entorno social es más bien un telón de fondo que eventualmente se levanta para que los agresores de siempre entren en escena. Por otra parte, las historias de estas mujeres trans bien podrían ser (en mayor o menor medida) historias vividas por mujeres biológicas y sus esposos, novios o amantes. Así como aquí hay varones solidarios y respetuosos, también los hay misóginos y machistas, sin importar la identidad sexual.

Lo que también tienen en común Morena, Claudia y Myriam es cierto hastío y apatía en sus vidas cotidianas, y esto no está siempre vinculado a su transexualidad. Myriam está agotada por los avatares de la prostitución y añora la posibilidad de significar algo más que un objeto sexual para otra persona. Claudia tiene que soportar el bullying de una madre de uno de los alumnos, quien no quiere que una mujer trans de clases. Morena está de novia con un hombre a quien quiere y él también la quiere. Se los ve felices juntos. Aunque luego Morena se entera de que su novio tiene esposa e hijos. Lo que no quiere decir que no la quiera. Porque la larga lista de infidelidades de los vínculos sentimentales en general no distingue géneros ni identidades sexuales ni orientaciones sexuales.

Bajo mi piel morena es una película muy creíble. Cualquiera que conozca algo de las vidas de las mujeres trans se va a dar cuenta de que Campusano sabe de lo que habla. Desde sus conductas hasta el patrón de habla, y pasando por los códigos que comparten, nada aquí es forzado o de manual. Utilizar actores no profesionales no siempre ha funcionado bien en la filmografía de este director. Algunas veces sus diálogos sonaban recitados. Algo así pasa acá con algunos pocos actores secundarios.

Por el contrario, las tres actrices protagonistas son muy convincentes, encarnan personajes con espesor y volumen, y es muy fácil empatizar con ellas. Sus historias no tienen nada de extraordinario, en todo caso lo extraordinario es cómo ellas siguen sus caminos con sus obstáculos y gratificaciones. Es decir, lo que nos pasa a muchos de nosotros.

Bajo mi piel morena (Argentina, 2019).

Escrita y dirigida por José Celestino Campusano. Con Morena Yfrán, Maryanne Lettieri, Belén D’Andrea, Emma Serna, Julián Siliberto, Ana Luzarth, Pablo Fazzari. Fotografía: Eric Elizondo. Música: Claudio Miño. Montaje: Horacio Florentín. Sonido: Assiz Alcaraz Baxter. Duración: 89 minutos. Disponible en Cine.Ar. Estrenos.