La sabiduría, la nueva película de Eduardo Pinto (Palermo Hollywood, Dora, la jugadora, Corralón) ratifica, una vez más, su talento para el diseño visual y de sonido. No por nada también es un eximio director de fotografía que sabe construir climas que hacen que el espectador sienta que está dentro de la película y no observándola desde afuera. Incursionando en el cine de género, en este caso el subgénero de película de venganza propia del terror, Pinto narra la historia de tres amigas, Mara (Sofía Gala), Luz (Analía Couceyro) y Tini (Paloma Contreras) que van a pasar un fin de semana en la estancia La sabiduría, casi en el medio de la nada, en la provincia de Buenos Aires.
Sin internet, teléfono fijo, ni cobertura para telefonía móvil (todo un lugar común, aún así eficaz y legítimo) este es el momento para desconectarse del ajetreo de la gran ciudad y, en cambio, disfrutar de la paz y serenidad que la vida rural ofrece. Aunque, a decir verdad, no va pasar mucho tiempo hasta que se den cuenta de que este panorama idílico es ilusorio. Porque en una noche oscura y después de participar de un ritual ancestral con peones e indios, las tres chicas van a quedar envueltas en un círculo de violencia y sometimiento, como si de guerreros y cautivas se tratara. Como si la civilización hubiera desaparecido.
Pero estas son chicas de armas tomar y no se van a rendir tan fácilmente. No son solo los hombres lo que empuñan los revólveres y disparan con sus rifles. Las mujeres, mal que les pese a los machos, pueden ser feroces a la hora de defenderse y no dejan títere con cabeza.
A tono con los tiempos que corren, La sabiduría es un relato sobre mujeres empoderadas, una reflexión sobre un cambio de paradigma en el que el orden patriarcal es puesto en crisis, deconstruido y desarticulado. Como en casi todas las películas de venganza, el subtexto es lo que más importa y no tanto la trama en sí misma. Allí reside su cualidad subversiva y revulsiva. Y en el caso de la nueva película de Pinto, también hay una trama moderadamente atrapante. Es verdad que tiene algunas escenas previsibles, pero son típicas del género y funcionan relativamente bien – incluyendo alguna que otra alusión a La masacre de Texas. Hay no poco momentos de tensión y una agresividad poco común en el cine argentino más independiente. De hecho, el cine de géneros en sí mismo ya es inusual en Argentina.
Lo que le juega en contra es cuán estereotipados están los personajes de los hombres. Casi son caricaturas. De no ser por las aberraciones que cometen, darían un poco de risa. Dudo que esto sea deliberado. Quizás el más inverosímil sea el comprador de mujeres interpretado por Luis Ziembrowski, que parece salido de otra película. Sus actuaciones tampoco son de lo mejor, a diferencia de las de las chicas, que siempre dan en la tecla. Aún con sus desaciertos, lo que más importa es que ya sabemos que los tiempos de la dominación masculina se están acabando, aunque sea de a poco. Bienvenidas sean las mujeres de La sabiduría.
La sabiduría (Argentina, 2019) Puntaje: 7
Dirigida por Eduardo Pinto. Escrita por Diego Andrés Fleischer, María Eugenia Marazzi, Eduardo Pinto. Con Sofía Gala Castiglione, Daniel Fanego, Analía Couceyro, Paloma Contreras, Juan Palomino, Luis Ziembrowski, Diego Cremonesi, Lautaro Delgado. Fotografía: Eduardo Pinto. Sonido: Omar Jadur, Rodrigo Ortiz. Música: Fabián Picciano. Duración: 93 minutos