¿Dónde está ella?, de Guillaume Senez

Estrenada en la Semana de la Crítica de Cannes 2018 y nominada a los premios César a mejor película y mejor actor, ¿Dónde está ella?, la segunda película de Guillaume Senez es, como su ópera prima Keeper, otro drama familiar sobre la paternidad en tiempos de crisis. Pero mientras que Keeper narra la historia de dos adolescentes que deciden tener su bebé luego de un embarazo no previsto y, en consecuencia, tienen que enfrentarse a problemas de toda índole, ¿Dónde está ella? explora, en cambio, los avatares de la paternidad adulta cuando es el padre el que inesperadamente se queda solo y tiene que cuidar a sus hijos. Es decir, hacer de padre y madre sin descuidar su exigente agenda laboral.

Aunque aquí no se trata de la muerte de la madre, sino de su misteriosa desaparición. Porque un día como cualquier otro, Laura (Lucie Debay) no va a buscar a sus dos hijos de nueve y seis años a la escuela, sin previo aviso alguno. Olivier (Roman Duris), su esposo, está más que desconcertado porque nunca antes había pasado algo similar. De hecho, está desesperado. Pero tampoco puede iniciar una investigación policial porque Laura se llevó sus pertenencias, cartera, dinero y celular incluidos. Es decir, se fue por su propia voluntad. ¿Por qué? ¿Adónde se fue? ¿Con quién está? Eso no se sabe.

Olivier se enfrenta, entonces, a mantener un cuidadoso equilibrio entre sus responsabilidades como padre, su investigación personal para encontrar a su esposa, y sus responsabilidades en el trabajo como capataz en una fábrica cuyos directivos hacen moneda corriente de la flexibilidad laboral y los despidos sin causa justa. Es demasiado para una sola persona. En el mejor de los casos, es todo un aprendizaje que implica una deconstrucción y reconstrucción importantes. En el peor, es una odisea de destino incierto.

¿Dónde está ella? comienza como si fuera un thriller, con la desaparición y algunas pistas, luego vendrán las hipótesis – a decir verdad, comienza con una tragedia que nada tiene que ver con Laura. Pero, rápidamente vira hacia el drama intimista y vincular y la denuncia social sin estridencia, pero no por eso menos contundente. Senez hilvana un guión sin pretensiones de trascendencia pero sumamente eficaz, con observaciones sensatas y auténticas sobre qué significa ser padre, ser padre y madre, e incluso ser hijo.

El derrotero de su protagonista para recomponer algún orden en la familia es verosímil, uno se puede imaginar haciendo cosas similares, con la misma desorganización. Particularmente interesante es la relación de Olivier con su hermana, la tía que sus hijos tanto quieren y, en algún punto, desean tener como madre sustituta. Pero ella, como todos, también tiene una vida que no es fácil y trata de llevar lo mejor posible.

Estas aristas se equilibran a la perfección con las otras tribulaciones del protagonista en relación a la precariedad y del mundo laboral contemporáneo. Es doloroso ver que este escenario se repita con tanta frecuencia en tantos lugares distintos y es quizás más penoso todavía si uno vive en Argentina. Con apenas algunas pinceladas bien trazadas, ya hay todo un escenario de injusticias.

Pero lo más sobresaliente de ¿Dónde está ella? es la interpretación de Roman Duris, siempre espontánea, desprovista de tics y manierismos, explosiva y contenida a la vez. No es fácil interpretar un rol que bien podría haber caído en los clisés que inundan películas similares a esta. Porque el drama doméstico no tiene nada de original y de una u otra forma ha sido contado antes varias veces. Sin embargo, la frescura y el compromiso afectivo que Senez despliega en su segunda película hacen que parezca que uno ve estas escenas por primera vez.

¿Dónde está ella? (Nos batailles, Bélgica, Francia, 2018). Puntaje: 8

Dirigida por Guillaume Senez. Escrita por Guillaume Senez, Raphaëlle Desplechin Con Romain Duris, Laure Calamy, Laetitia Dosch, Lucie Debay, Basile Grunberger, Lena Girard Voss, Dominique Valadié. Fotografía: Elin Kirschfink. Edición: Julie Brenta. Duración: 98 minutos.