It – capítulo 2, de Andy Muschietti

Gracias a una exitosa campaña de marketing y a la fama del libro de Stephen King, IT fue la película de terror que despertó más expectativas el año pasado. Fue tan taquillera que hasta se creyó que podría desplazar a El exorcista, una obra maestra y la película de terror más vista de la historia del cine. Finalmente, eso no ocurrió. Pero para ese momento ya la había ido a ver prácticamente todo el mundo. Más allá de bombos y platillos, IT resultó no ser una gran película, ni mucho menos. Aunque tampoco es un desastre.

La historia, grosso modo, es fiel al libro en no pocos hechos y circunstancias: en el aparentemente dulce pueblito de Derry, Maine, existe un payaso asesino llamado Pennywise, sobrenatural y arcaico, que atrae a los niños, sus presas favoritas, y luego los mata de formas absolutamente crueles. Pero el Mal también habita en los humanos: en los padres que hacen una rutina del abuso físico, verbal y sexual, en los estudiantes que se entretienen haciendo bullying, en los vecinos con vidas turbias… Porque Derry es uno de tantos pueblos de esa Norteamérica siniestra de fachada luminosa que King siempre supo retratar tan bien.

La novela está narrada en dos períodos de tiempos que se intercalan: durante 1957-1958, cuando los protagonistas son niños, y durante 1984-1985, cuando son adultos. Pero la IT del año pasado está estructurada con una narrativa lineal que abarca algunos episodios solamente del período de la infancia – que está situada en 1989, en vez de en los ‘50. El argentino Andy Muschietti dirige IT como una película de género y de fórmula, una mezcla prolija y efectiva de Cuenta conmigo, Los goonies y Stranger Things. Cada tanto hay terror, pero de ominosa no tiene nada. Hay gore, pero muy poco. Hay escenas con climas que provocan escozor e inquietud, y otras con buenos sustos. Y no mucho más.

Nada de lo anterior quita que esté filmada con un guión sólido y un elenco con interpretaciones convincentes. Pennywise, entre risueño y maléfico, tiene un cierto encanto oscuro. Pero aún así no deja de ser un payaso asesino más. Claro que con algunos efectos digitales que funcionan más o menos bien.

Y ahora llegó It, Capítulo 2. Lamentablemente, no hay nada para celebrar. Porque prácticamente todo lo que puede estar mal en una película de terror, está mal en esta segunda parte que no tiene ninguno de los méritos de la anterior y, en cambio, suma desaciertos tras desaciertos en sus interminables dos horas y cuarenta cinco minutos.

Como en la novela, Pennywise vuelve a asolar Derry después de 27 años, en 2016, y así aparecen las nuevas víctimas, una por una, todas asesinadas de modos cruentos. El grupo de niños ya había jurado que todos retornarían al pueblo si eso alguna vez ocurría. Es hora, entonces, de que los que ahora son adultos emprendan un viaje que desearían no haber tenido que hacer nunca. Porque solamente todos juntos van a poder (o no) derrotar al payaso del Mal.

Si la primera It era un poco tibia, esta segunda parte es completamente sosa, aburrida e intrascendente. Hacer que los protagonistas hablen tanto, casi sin parar, y para peor para explicar la trama, no es el mejor recurso para crear los climas amenazantes que toda película de terror tiene que tener – más cuando se trata de la transposición de un libro en el que el terror es muy tangible. Solamente un ataque violento y una muerte espantosa impresionan: la de la pareja gay al comienzo de la película. Porque seguramente con la voluntad de abarca a un público bien amplio – que usualmente no quiere ver lo macabro en su máxima expresión – esta segunda parte de It es todavía más moderada que la anterior. Craso error.

Porque Muschietti desaprovecha oportunidades para conmover al espectador: la niña a quien It ataca detrás de las gradas del estadio de fútbol americano, el niño asesinado en el laberinto de los espejos, ambas muertes se resuelven en apenas un par de planos, bien rápido, sin terror genuino. Y esta vez los efectos especiales son demasiados y están utilizados sin mucho criterio, como si se quisiera rellenar la ausencia de tensión y suspenso. Para peor, los continuos flashbacks a la infancia – incluso dentro de las escenas mismas- interrumpen la atmósfera que a duras penas a veces existe.

Lo peor aparece en los últimos cuarenta minutos, cuando la película se transforma en una película de acción con un monstruo, agotadoramente reiterativa y en otro registro. También el humor que está presente casi en forma continua es totalmente inadecuado para el horror que propone Stephen King. Es casi imposible saber qué quiso hacer Muschietti con It, Capítulo dos. Sea lo que fuere, no le salió. Hasta el público menos exigente se aburre con una película así.

It – Capítulo dos (It: Chapter Two, EEUU, Canadá, 2019). Puntaje: 4

Dirigida por Andy Muschietti. Escrita por Gary Dauberman. Con James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Hader, Isaiah Mustafah, Jay Ryan, Bill Skarsgård. Fotografía: Checco Varese. Montaje: Jason Ballantine. Música: Benjamin Wallfisch. Bros. Duración: 169 minutos.