Un ladrón con estilo, de David Lowery.

A los 82 años, Robert Redford, ícono legendario de Hollywood durante seis décadas, anunció su retiro definitivo del cine, en principio como actor. No olvidemos que la estrella también tiene diez películas como director – quizás Gente como uno, Nada es para siempre y Quiz Show sean las más memorables. Seguramente Un ladrón con estilo (The Old Man and the Gun) también será una de las más recordadas. Dirigida por David Lowery (Ain’t Them Bodie Saints, Pete’s Dragon y A Ghost Story), co-protagonizada por Sissy Spacek, Tom Waits, Danny Glover y Casey Affleck, es una película ideal para que Redford encarne a su último personaje en la pantalla grande. Porque nos hace acordar a hitos en su carrera, entre ellos a Butch Cassidy and the Sundance Kid, porque está teñida de un aire crepuscular encantador y porque está narrada con la disimulada contundencia del mejor clasicismo Hollywoodense.

Un ladro con estilo está basada en una historia de la vida real, la de Forrest Tucker, un extraordinario ladrón de bancos que se fugó 18 veces de prisión, la última con 70 años, y siguió robando hasta los 78 y con una cirugía coronaria encima. El agente que lo persiguió hasta apresarlo fue John Hunt, quien quedaba atónito ante la maestría de Tucker en sus atracos. No fue el único. También los ciudadanos estadounidenses, incluyendo a los propios empleados de los bancos, no hacían esfuerzos por ocultar su sorpresa.

Es que no cualquiera roba como lo hacía Tucker. Vestido de traje y corbata, con un sombrero y un bigote falso, el ladrón entraba muy tranquilamente al banco y de una manera amable y educada pedía ver al gerente. Le mostraba su revólver, le pedía el dinero con una sonrisa y se iba caminando con el maletín lleno, con la misma tranquilidad con la que había entrado. Y siempre agradecía a los empleados. Con razón, luego todos le decían a la policía: Parecía una buena persona.

Lowery dirige Un ladrón sin estilo con una delicadeza poco usual en el mainstream. Marca un ritmo pausado, pero no moroso, y le da tiempo a sus personajes para que hablen apaciblemente sin apurar nunca sus diálogos, sobre todo a Tucker y Jewel (Spacek, luminosa y eterna), una mujer sencilla a quien conoce accidentalmente y con quien comparte momentos tan simples como significativos – parece increíble que ésta sea la primera película en la que actúan juntos. En las conversaciones que tienen, en sus instantes de intimidad emocional, se percibe una envolvente sensación de atemporalidad, como si todo alrededor de ellos dos se desvaneciera. Como si toda la película existiera solamente para ellos dos.

Hay en el tono una liviandad que en primera instancia podría parecer superficial. Pero no lo es. Porque a medida que avanza el relato, y gracias no subrayar ninguna idea, salen a la luz matices de una profundidad conmovedora. Pero no hay aquí grandes eventos ni episodios altisonantes – incluso toda la trama policial está en segundo plano – porque la vida de este ladrón tan singular es, en no pocos aspectos, parecida a la de una persona común y corriente. Son sus reflexiones que se expresan fugazmente y su mirada sobre esa vida que ha tenido, y que espera seguir teniendo, lo que realmente importa.

Quizás también una película sobre la sabiduría de esos hombres que eligen transitar rutas impredecibles con la certeza de que están haciendo lo quieren, Un ladrón con estilo de una resonancia sigilosa pero movilizante. Es de esas películas que dan ganas de volver a ver enseguida porque de este Hollywood ya queda poco y nada.

Un ladrón con estilo (The Old Man & the Gun, EEUU, 2018). Puntaje: 8

Dirigida por David Lowery. Escrita por David Lowery, David Grann. Con Robert Redford, Casey Affleck, Sissy Spacek, Danny Glover, Tom Waits. Fotografía: Joe Anderson. Música: Daniel Hart. Montaje: Lisa Zeno Churgin. Duración: 93 minutos.