Un bello sol interior, de Claire Denis

Presentada en la Quincena de Realizadores de Cannes y adaptada de la novela Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes, Un bello sol interior, la nueva película de Clair Denis (Chocolat, Bella tarea, Vendredi Soir, 35 rhums) protagonizada por la siempre bella Juliette Binoche es una película sobre el amor, sus heridas, sus comienzos, sus finales, y esos momentos intermedios en los que no se sabe muy bien qué está pasando. También se podría decir que, más precisamente, es sobre la búsqueda del amor cuando ya se perdieron las esperanzas de que aparezca. Y no cualquier amor, sino ese gran amor con el que todos soñamos, de jóvenes y de grandes. El amor de tu vida.

Isabelle (Juliette Binoche) es una artista plástica que se separó hace no mucho tiempo, tiene una hija de 10 años y está sola. Mejor dicho, no tiene pareja. Y le pesa no tenerla. Sobre todo porque piensa y siente que quizás ya perdió el último tren y que lo está por venir es solamente una serie de banales encuentros sexuales. Por lo pronto, eso es lo que tiene ahora, más o menos. Entre los hombres que desfilan consecutivamente hay un actor con una neurosis galopante (Nicolas Duvauchelle), un artista (Bruno Podalydes), un banquero casado (Xavier Beauvois), su ex marido (Laurent Grevill), y un amigo (Alex Descas).

A veces por culpa de ellos, otras veces por culpa de ella, y otras veces porque sí, ninguna de estas relaciones le brinda lo que de verdad necesita. A veces se terminan ni bien empiezan, otras veces se prolongan innecesariamente, pero rara vez duran lo que deberían durar. Se sabe que el amor puede tener muchas caras, pero aún así suele ser elusivo y engañoso. Es que un encuentro significativo de cuerpo y alma entre dos personas con ánimo de amar no es nada fácil. Pasa o no pasa. Porque el amor es un acontecimiento.

Ésas y otras reflexiones van aflorando a lo largo de unos cuantos días en la vida de Isabelle. Fiel a su estilo, aunque quizás un poco más convencional, Denis narra estos fragmentos de historias haciendo uso de osadas elipsis, una cámara intimista e invisible, y diálogos a veces sencillos, otras veces complejos, pero siempre trascendentes sin ser pretenciosos. Como en la vida misma, acá importa tanto lo que se dice como lo no dicho. Y a veces la magia se puede desvanecer simplemente por una palabra fuera de lugar. Otras veces es el silencio lo que empaña la más romántica de las noches. Sea como fuere, queda claro que nada es fácil y que todo es, en mayor o menor grado, imprevisible.

Por eso la narrativa también lo es. A diferencia de una típica película de amor en la que se sabe o se intuye cómo se va a desarrollar una historia, aquí el espectador está tan a la deriva como los personajes. No sabe nada de antemano porque ellos tampoco lo saben. No puede especular porque para ellos especular no sirve – por más que, de cuando en cuando, Isabelle intente hacerlo. Hay angustia pero también hay liviandad en su vida. Hay miedo pero también ilusión. Y si bien no le falta actitud, eso no quita que también pueda replegarse y retraerse.

Un bello sol interior no sería la placentera, sentida y convincente película que es sin Juliette Binoche. Bella, espontánea y genuina, su Isabelle es pura emoción. Es una persona luminosa aún con sus momentos oscuros y Binoche sabe transitar hábilmente esa cuerda tan delgada entre lo que se ve y lo que se oculta. Es imposible dudar de la verosimilitud de las escenas y de su organicidad, incluso con la estructura fragmentaria de la narrativa, porque siempre está Binoche para unirlo todo sin que se vean las costuras.

Como cereza de la torta, sobre el final aparece Gerard Depardieu, con algunas sabias palabras que le dan ímpetu a la azarosa travesía amorosa de Isabelle. Mejor no decir más que eso porque en la sorpresa están los amores por venir.

Un bello sol interior (Un beau soleil intérieur, Francia, 2017). Puntaje: 7

Dirigida por Claire Denis. Escrita por Claire Denis y Christine Angot, basado en Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes. Con Juliette Binoche, Gérard Depardieu, Valeria Bruni Tedeschi, Nicolas Duvauchelle, Josiane Balasko, Xavier Beauvois, Alex Descas, Bruno Podalydès, Paul Blain. Fotografía: Agnés Godard. Música: Stuart Staples. Montaje: Guy Lecorne. Duración: 94 minutos