Possessor, de Brandon Cronenberg

No debe ser nada fácil ser el hijo o la hija de un director de cine consagrado, con una estética muy personal y una capacidad creativa enorme. Pensemos en el caso de Jennifer Lynch, quien filmó cuatro películas tratando de imitar el estilo de su padre y resultó que solamente Chained es respetable. No por casualidad es la que menos se parece a la obra de David Lynch. Las otras tres – Boxing Helena, Surveillance y Hiss- son simplemente descartables.

Sweetheart, de J. D. Dillard

Jenn es una joven morena que hizo una excursión marítima que terminó siendo un desastre a causa de una feroz tormenta. Jenn sobrevivió y pudo nadar hasta la playa de una isla tropical. Está absolutamente sola. O no. Porque, en realidad, enfrentarse a los infortunios de la naturaleza resulta ser el menos de lo males, considerando que un ser maligno sale de cacería todas las noches.