Sombrío es el drama y así lo refleja la fotografía que privilegia las sombras por sobre las luces, las siluetas en vez del cuerpo entero, los rostros que se pierden en la oscuridad.
Urgente y sin concesiones, Holy Spider tiene una proyección universal. Como retrato socio-político, es tan descarnado como contundente. No podría ser de otra manera. Agassi confronta al espectador con un escenario que, a veces, se hace difícil de ver.
Una selección arbitraria de algunos de los pósters de Anora hechos por artistas independientes. Todos hermosos.
Dejar Romero se convierte en un agente activo que acompaña el proceso desmanicomialización sin caer nunca en conclusiones facilistas o discursos remanidos. Es militante en el sentido más amplio del término, e intimista en el sentido más afectuoso.
Dicho sin muchas vueltas: en Anora, la gran ganadora de los Oscar (mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor guión original y mejor montaje), Baker logra su primera obra maestra.
Que el cine de Sean Baker mostró a un autor promisorio y personal fue evidente…
Demi Moore encarna este derrotero como si fuera una carrera contra la muerte. No duda en desprenderse de su belleza y se anima a exponerse desnuda y sin maquillaje, literal y simbólicamente. Lo da todo. Y es conmovedora.
No pensé que el Nosferatu de Robert Eggers me iba a gustar tanto. Porque, ¿qué podría haber de nuevo en una segunda remake de una de las obras maestras de Murnau?
Sin dar muchas vueltas: Emilia Pérez es simplemente una mala película. Ni siquiera pude enojarme por sus estereotipos gastados en la representación de México. Incluso me hicieron reír.