
“Desde muy joven me interesó poner en práctica una estructura poético-narrativa mediante un ejercicio de memoria sobre la dictadura en Paraguay. Hoy realizo este documental para unir fragmentos de archivos encontrados y descubrir cómo este período afectó la formación de una sociedad, mi contemporaneidad y cómo ha forjado mis pensamientos y sentimientos. Por eso decidí investigar las diferentes representaciones fílmicas que han tenido lugar en Paraguay a lo largo del siglo 20”, señala el director y guionista paraguayo Juanjo Pereira acerca de su ópera prima Bajo las banderas, el Sol, ganadora del Premio de la Crítica (FIPRESCI) en la sección Panorama de la Berlinale, el Gran Premio de la competencia internacional del BAFICI, y el Premio a Mejor Documental Latinoamericano en el Festival de Cine de Lima.
Bajo las Banderas, el Sol es, también, nada más y nada menos que la película candidata para representar a Paraguay en la preselección para la categoría Mejor Película Extranjera en los próximos premios Oscar. Y luego de su prestigioso paso por numerosos festivales, ahora se puede ver en la Sala Lugones del Teatro San Martín el viernes 17 y sábado 18, a las 18h. En Malba Cine, los viernes de octubre, a las 20h. Sin duda, Bajo las Banderas, el Sol es un must see, es decir: hay que verla.
Porque el debut en largometraje de Juanjo Pereira no es solo un documental sobre infames tiempos pasados, sino fundamentalmente un documento urgente en tiempos de fascismos presentes. Porque, con golpes de estado o sin ellos, con militares o sin ellos, la extrema derecha se está propagando a una velocidad pasmosa. Y Bajo las Banderas, el Sol nos propone adentrarnos en la historia de todo un pueblo, tal como su director lo ha expresado: “Paraguay es un país que no hizo un ejercicio de memoria tras la última caída de la dictadura. Los silencios son muy grandes en relación con sus vecinos latinoamericanos”.

El presidente Alfredo Stroessner gobernó el país entre 1954 y 1989 – fue la dictadura más larga de Sudamérica- aunque, y no por azar, una buena parte de los registros fílmicos de esos 34 años desaparecieron o han sido dañados. Las huellas del horror tenían que ser borradas. Por eso, la tarea de Juanjo Pereira ha sido ciclópea: ha rescatado archivos nacionales e internacionales de todo el mundo, los ha puesto a dialogar en una inteligentísima intertextualidad y así ha reconstruido un todo (o lo que más se le parezca) que nos habla de un proceso histórico nefasto, de cómo fue articulado, ejecutado y sostenido.
Desde lo particular a lo general, y viceversa, Pereira les da voz a aquellos cuyas voces fueron silenciadas, corre el velo de la dictadura de Stroessner, mientras hurga en esos detalles que hablan de los sonidos del espanto. Cualquier semejanza con la dictadura cívico militar argentina de 1976-1983 no es pura coincidencia.
Uno de los mayores logros del documental es correrse del mero montaje de imágenes que bien podrían haber sido meramente ilustrativas, sin mayor carga dramática, como esos documentales convencionales que solamente buscan informar. Y si bien éste no es documental vanguardista o experimental en su forma fílmica, sí tiene aristas poéticas en cómo interviene el material audiovisual para que discurso sea más pregnante y punzante.
Que el montaje es excepcional salta a la vista desde los primeros minutos, su fluidez y ritmo hacen que nunca sintamos que asistimos a un retrato anquilosado. Es que los noticieros, las emisiones de televisión pública y también las del extranjero, los testimonios de campesinos sojuzgados, las películas de propaganda y el registro de una cotidianeidad de un pacifismo forzado están entrelazados con la lucidez y la sensibilidad de un discurso humanista.
No hay aquí beligerancia ni gritos desde la barricada. Sin manierismos, Bajo las banderas, el Sol es un documento cinematográfico que insta a la reflexión y no a la furia, busca despertar conciencias quizás medio dormidas. Y, sobre todo, se trata de mantener la memoria viva.
