Playback. Ensayo de una despedida, de Agustina Comedi.

En su notable opera prima El silencio es un cuerpo que cae, Agustina Comedi investiga y revela no pocos secretos (a voces) de la historia de vida de su propio padre, Jaime, quien entre otras cosas estuvo en pareja con otro hombre durante 11 años antes del nacimiento de su hija. A la vez,  a través de esta historia y de otras la realizadora traza un panorama certero de los años de militancia política de izquierda en Córdoba durante los 80.

Playback. Ensayo de una despedida, su siguiente documental, esta vez un cortometraje, también narra una historia puntual: la de la Delpi, una de las drag queens cordobesas más celebradas de la escena queer clandestina de los 80. Y con la Delpi aparecen las historias de otras divas de taco alto, vestidos de fiesta y brillantina. Eso por un lado.

Por otro lado, el relato lúcido y comprometido de Comedi nos remonta a la anhelada primavera de 1983, inmediatamente después de la caída de la dictadura cívico-militar y nos conmueve al recordarnos la valentía y solidaridad de una comunidad siempre vapuleada que, a pesar de todo, nunca dejó de hacerle frente a la constante violencia policial, popular e institucional. Y después vino el SIDA. Otra lucha, otras muertes.

Utilizando material de archivo de la época, léase videos en VHS de los shows y las bambalinas de la escena queer, que a su vez se mezclan -sin que se vea una sola costura- con escenas reconstruidas en nuestro aquí y ahora, Playback se convierte en un retrato que de fragmentos dispersos hace un todo memorable. A la vez, con una mirada tan amorosa como empática, Comedi rescata una particular historia de amor que no pudo ser, o que pudo pero no tanto, y nos invita a imaginarnos otro devenir y otro final, quizás a modo de homenaje al amor. Es imposible no llorar.

Quizás lo más notable, lo increíble, es cómo Playback nos hace sentir que estamos de vuelta en esos espacios de disfrute y resistencia a los que asistíamos con tantas ganas y entusiasmo sin imaginar que íbamos a experimentar tantas pérdidas. Estar allí y entonces una vez más va más allá de la nostalgia. Se trata de que la memoria esté viva, tal vez para siempre.