
Lo primero que impacta de Border es que nos hace entrar en un mundo completamente nuevo. Eso que llamamos diferente está a la vista desde las primeras escenas. La nueva película de Ali Abbasi está articulada a través de un cruce de géneros que bien podría haber sido un desastre: el cuento de hadas, el relato folklórico, el fantástico y el policía negro escandinavo. Agassi tiene la inteligencia para hacer de esta mezcla una amalgama perfecta y a la vez construir una trama impredecible, sin apelar a artificios.
Tina (Eva Melander) es una respetada y eficiente oficial de la aduana sueca con una habilidad única para detectar contrabandistas: su agudo sentido del olfato le permite percibir sensaciones de culpa, vergüenza y miedo. Dedicada a investigar redes de pedofilia que atraviesan países y ciudades, a Tina no se le escapa ni un solo criminal que esconda fotos o videos de pornografía infantil.
Esta habilidad ya es extraordinaria en sí misma, pero hay otra cosa que también es fuera de lo común: su aspecto físico. Su frente es grande y sobresaliente, su nariz es demasiado ancha, sus dientes son prominentes y están siempre sucios, y tiene pelo por todo el cuerpo. Lamentablemente, no sorprende que su aspecto la aleje del gusto de los otros.

Hasta que un día cualquiera, mientras está trabajando, Tina conoce a Vore (Eero Milnoff), quien tiene su mismo aspecto físico, pero es hombre. Por primera vez, se ve reflejada y mirada con deseo. Por fin, se siente completa.
Meditación sobre el diferente en un mundo de iguales y exploración de los límites difusos entre lo humano y lo no humano, Border es una película que se anima a poner en crisis las convenciones de cada uno de sus géneros. Pero no es una historia romántica en la que dos diferentes encuentran el amor sin mayores problemas. Border es una rara avis que se resiste a ser encasillada.
En tanto drama es inmejorable, es genuinamente emotivo. En lo que hace a la trama policial, necesita un poco más de desarrollo e impulsa; había más tela para cortar en torno a la red de pedófilos. En cambio, lo más visceral está en el fuerte contraste entre el mundo de la naturaleza y el mundo social, entre la pureza de lo salvaje y la degradación de lo humano.
Con interpretaciones muy convincentes, una muy expresiva fotografía y una sugestiva banda de sonido, Border es una experiencia cinematográfica que nos conmueve y nos hipnotiza.
En tanto drama es inmejorable, es genuinamente emotivo. En lo que hace a la trama policial, necesita un poco más de desarrollo e impulsa; había más tela para cortar en torno a la red de pedófilos. En cambio, lo más visceral está en el fuerte contraste entre el mundo de la naturaleza y el mundo social, entre la pureza de lo salvaje y la degradación de lo humano.
Con interpretaciones muy convincentes, una muy expresiva fotografía y una sugestiva banda de sonido, Border es una experiencia cinematográfica que nos conmueve y nos hipnotiza.