Muy probablemente, Las furias, de la prolífica Tamae Garateguy, sea una de sus mejores películas (aunque Mujer lobo me resulta más atrapante, seguramente por mi predilección por el terror). Desde la impecable y muy expresiva fotografía hasta su sugestivo diseño de sonido, y pasando por la acertada dirección de arte, todo tiene una razón de ser. No hay nada caprichoso ni pretencioso en esta obra formalista con sello propio.
Una vez más, Garateguy transita el cine de géneros, y esta vez mezcla el western con el melodrama y la película de venganza. Hay una historia de un amor prohibido y apasionado que amenaza con agravar, aunque sea sin querer, la peligrosa e inestable relación entre indios, dueños de las tierras y fuerzas del orden. Un estado de las cosas que tiene raíces ancestrales y que se mantiene hasta hoy: los opresores viven la gran vida, los oprimidos viven como pueden, y ninguno hace buenas migas con el otro.
Leónidas (Nicolás Goldschmidt) es un joven Huarpe de quien se espera que eventualmente sea el líder de su comunidad. Pacífico y honesto, Leónidas conoce a Lourdes (Guadalupe Docampo) en un día como cualquier otro. Se enamora de inmediato y ella también de él. Así comienza la historia de un intenso amor a primera vista, pero también un amor prohibido. Porque Lourdes es la hija del violento y abusivo terrateniente blanco (Daniel Aráoz), quien también la obliga a ser su objeto de deseo, quien sabe desde hace cuanto tiempo. Como era de esperar, los amantes son separados por sus familias. Y ahí comienza otra historia.
Garateguy otra vez demuestra sabe manejar con habilidad los rasgos formales y registros diversos de los géneros que entrelaza. Sin fisuras, logra una estética autoral donde cada elemento del lenguaje cinematográfico está bien elegido y aún mejor utilizado. Vale la pena nombrar una vez a la fotografía ya que de ella depende buena parte de los climas que le dan espesor y volumen a Las furias. Es que el diseño visual siempre ha sido una de las virtudes del cine de Garateguy.
Por otra parte, la narrativa tiene sus bemoles. Hay ocasiones en las que el relato necesita más transiciones y más desarrollo para enfatizar y separar mejor las escenas más dramáticas. Sería una buena manera de lograr mayor resonancia. Y también podría ser útil para brindarle más matices a sus personajes. Aunque en rigor de verdad nada de todo esto afecta la verosimilitud de la historia. Porque lo que pasa en Las furias bien puede pasar en la vida real, quizás no de esta manera hiperbólica, pero sí en su esencia..
Lo más interesante, al menos para mí, es cómo la directora despliega un melodrama furioso en un contexto muy inusual para el género. Si a eso le agregamos el western como telón de fondo más las secuencias de violencia de la película de venganza -con una buena y bienvenida dosis de gore- lo que resulta es una pieza única que bien puede ser un poco despareja, pero no por eso menos valiosa.
Las furias (Argentina, 2019).
Dirigida por Tamae Garateguy. Escrita por Diego A. Fleischer, sobre una idea original de Guadalupe Docampo y Nicolás Goldschmidt. Con Guadalupe Docampo, Nicolás Goldschmidt, Juan Palomino, Daniel Aráoz, Susana Varela, Celina Demarci, Gerónimo Miranda, Guillermo Olarte. Fotografía: José María Gómez. Música: Sami Buccella. Montaje: Catalina Rincón, Ignacio Masllorens. Duración: 71 minutos.