Juntas, de Laura Martínez Duque y Nadina Marquisio

«La historia de cómo una argentina y una uruguaya se casaron con un par de primos colombianos a fines de los ochenta, cruzaron el continente y terminaron viviendo en el mismo pueblo remoto del Caribe donde se conocieron por azar, se enamoraron y sostuvieron una relación clandestina durante más de veinte años en una de las regiones más conservadoras de un país ya de por sí retrógrado como Colombia, era sin duda una gran anécdota”, dicen Laura Martínez Duque y Nadina Marquisio, directoras del documental Juntas, que narra parte de las vidas de Norma Castillo y Ramona “Cachita” Arévalo, quienes tenían 68 años cuando se convirtieron en el 2011 en la primera pareja de mujeres casadas por ley en Argentina y Latinoamérica.

Juntas es un documental intimista que las acompaña en su retorno al Caribe en 2013, a ese mismo lugar donde se vieron por primera vez, y que retrata los pequeños momentos del día a día de su estadía. Y es también una crónica de su último viaje juntas ya que Ramona Arévalo falleció el año pasado. Pero no se trata de aproximarse a esta pareja de mujeres como lo haría un periodista en busca de la noticia – ya fueron todo un fenómeno mediático cuando se casaron – sino, en cambio, de ahondar en algunos detalles de sus personalidades, sus anhelos, recuerdos y expectativas. Así, Juntas da cuenta de un vínculo que atravesó oleadas de tiempo y distancia para enraizarse cada día más. Un vínculo inesperado que devino historia de amor de por vida.

Si bien Norma y Cachita hablan de ellas mismas, no dan “testimonios de vida” sino que hablan desde sus subjetividades y sobre subjetividades, no hay fotografías ni películas que ilustren el vínculo, no hay reconstrucciones ficcionalizadas de momentos de sus vidas y no hay nada que emparente a este documental con una biopic con un fondo socio-político.

Por otra parte, también hay un tratamiento de la imagen y el sonido que se corre del realismo para buscar una veta más poética, que por momentos tiende a la abstracción. Entonces, vemos formas y figuras borrosas, juegos con el foco y el fuera de foco, colores que tiñen el cuadro, sobreimpresiones y otros efectos de carácter óptico y de postproducción. Incluso a veces hay una separación entre el sonido y la imagen: las voces y los sonidos en fuera de campo dan cuenta de reuniones entre amigas, mientras que las imágenes muestran a las mujeres a través de reflejos o siluetas. O muestran otros espacios aledaños que tienen un valor simbólico. A veces. Juntas parece más un ensayo fílmico que un documental.

Es meritorio que las realizadoras elijan este abordaje tan diferente. Porque hace que no pocas zonas de la película sean más sensoriales que intelectuales, que están ancladas más en el orden de los afectos que en el de los hechos. Y porque aquí hay una búsqueda que sí rinde sus frutos. Pero esto es un arma de doble filo. Porque también es cierto que esta forma fílmica se torna tanto redundante y artificiosa en su repetición. Y, por otro lado, al dejar de lado, en gran medida, lo socio-políticos también se desaprovecha mucho de lo más rico que esta historia tiene. Se percibe que aquí hay mucha más tela para cortar, incluso dentro de la narrativa que las realizadoras eligieron. Al finalizar la película, uno se da cuenta de que sabe poco acerca de la pareja. Pero lo que sabe es valioso.

Juntas (Colombia, Argentina, 2017) Puntaje: 6

Dirigida por Laura Martínez Duque y Nadina Marquisio. Con Norma Castillo y Ramona “Cachita Arévalo” Fotografía y cámara: Nadina Marquisio. Montaje: Cristina Motta, Laura Martínez Duque, Nadina Marquisio. Música original: Sergio Escobar. Duración: 71 minutos