La desaparición, de Constantin Popescu

La desaparición, la nueva película del director rumano Constantin Popescu (Portrait of the Fighter as a Young Man, Principles of Life) tiene, en principio, una premisa bien simple y concreta que ha sido desarrollado en muchas otras películas, con mayor o menor éxito. Sin embargo, aquí va bastante más allá de lo esperable y, gradualmente, termina convirtiéndose en el estudio de la sombría metamorfosis de un personaje hundido en un dolor y una culpa enceguecedores. Así, lo que comienza como un misterio de carácter policial termina siendo un drama de proporciones épicas. Parece fácil anticipar lo que va a venir, pero eso no significa que lo sea.

Tudor (Bogdan Dumitrache) y su esposa Cristina (Iulia Lumânare) están casados, tienen un hijo de 7 años, Ilie (Stefan Raus) y una hija de 5 años, Maria (Adela Marghidan), y viven con las comodidades de una clase media holgada en un amplio departamento en Bucarest. Se los nota felices y despreocupados. Sin conflictos a la vista, disfrutan de una cotidianeidad tranquila. Que no va a durar mucho tiempo.

Porque un día como cualquier otro, Tudor lleva a los niños a jugar a una plaza del barrio, como lo hacen todas las familias. Los chicos juegan en las hamacas, en el arenero, entre ellos y con otros chicos, mientras Tudor los observa sentado en un banco. No están lejos. Como todo padre responsable, les presta atención. También habla con otros padres, disfruta de la tranquilidad del día, habla por celular un par de veces. Todo muy normal.

Hasta que, de golpe, se da cuenta de que María no está más. Los otros chicos sí están, incluido su hijo, pero ella no aparece por ningún lado. Es como si se hubiese desvanecido. Desesperado, empieza a dar vueltas por la plaza, le pregunta a los otros padres, la llama a gritos, corre como loco. Durante larguísimos minutos, Tudor hace lo imposible por encontrarla. Pero María desapareció. Así de simple y así de terrible.

Lo que sigue es un calvario. Es la dolorosa y no muy lenta desintegración de un matrimonio (Bogdan Dumitrache ganó el premio a Mejor Actor en San Sebastián y bien que se lo merece, aunque Iulia Lumânare, con menos tiempo de pantalla, también es excepcional), es un estudio sobre cómo el sufrimiento extremo mezclado con una culpa que no se puede extirpar pueden llevar a cualquiera a ser otra persona, es el seguimiento de un derrotero que se anticipa complicado y que resulta ser mucho peor. Es un enloquecedor viaje de ida.

Pero todo está narrado, o al menos en gran parte, con parsimonia, mesura y distancia. Claro que hay unos cuantos momentos de furia, pero durante buena parte del metraje todo transcurre en el interior de estos padres que alguna vez fueron felices. En esa procesión que va por dentro hay algunos sentimientos que quizás se exterioricen mientras que muchos permanecen insondables. Popescu se toma todo el tiempo del mundo (la película dura 152 minutos pero no aburre ni un segundo) para construir cada matiz y cada detalle, le da cuerpo al drama con sutileza y pinceladas precisas, articula una tensión subterránea que hace que todo sea más angustiante, y se guarda para el final una resolución relativamente impredecible y considerablemente perturbadora. Pero que tiene mucho sentido.

Hay también una investigación policial, pero a Tudor no le sirve de mucho. Aunque los procedimientos se lleven a cabo tal como debe ser, todo indica que es prácticamente imposible encontrar a un niño desaparecido cuando no hay ninguna pista o ningún sospechoso. Claro que para un padre desesperado cualquiera podría ser un sospechoso y cualquier cosa es una pista posible.

Otro aspecto, probablemente el más importante, que ubica a La desaparición tan arriba del promedio de películas con premisas similares es su afinadísima forma fílmica, característica habitual de muchas películas rumanas contemporáneas. Toda la secuencia de la desaparición en la plaza, es decir la escena del crimen, está filmada en un extensísimo plano secuencia que primero invita al espectador a descubrir cómo y cuándo desaparece la niña (como si eso fuera posible), luego lo ubica como testigo de la conmoción general por la desaparición, y finalmente hace que acompañe al padre en su corrida desesperada por la plaza. En tiempo real, el infierno tan temido se instala en la tierra. Y no se va más.

La desaparición (Pororoca, Rumania, Francia, 2017). Puntaje: 8

Escrita y dirigida por Constantin Popescu. Con Bogdan Dumitrache, Iulia Lumânare, Constantin Dogioiu, Stefan Raus y Adela Marghidan. Fotografía: Liviu Marghidan. Distribuidora: Mirada. Duración: 152 minutos.