En lo profundo del bosque, de Patricia Rozema

En un futuro indeterminado pero no muy lejano, Nell (Ellen Page) y Eva (Evan Rachel Wood) viven con su padre (Callum Keith Rennie) en una casa aislada de todo y todos en un bosque en algún lugar de la costa este de Estados Unidos. Ni siquiera tienen la costumbre de ir a un pequeño pueblo que está a unos cuantos kilómetros, por más que tengan amigos allí, incluyendo a Eli (Max Minghella), el nuevo novio de Nell. Mientras Nell se prepara para rendir exámenes de admisión para la universidad, Eva se deleita escuchando música y ensayando piezas de danza en un pequeño estudio. Todo dentro de la casa, por supuesto.

De repente, un gran apagón deja a todo el país a oscuras. Al principio, no es nada que inquiete mucho a nadie. ¿Qué tiene de raro un apagón? Pero las horas pasan (y pasan muchas horas) y la situación es la misma. Eventualmente, es fácil imaginar que aparte de la falta de luz, tampoco va a haber agua. Ni combustible. Obviamente, no hay internet, televisión, o música. Es como una muerte que llega sin prisa ni pausa, en incómodas cuotas.

En el pueblo el panorama es aún peor: aparecen los saqueos, hay escasez de alimentos, y la violencia generalizada escala. Como era de prever, entra en juego la ley del más fuerte, el “sálvese quien pueda”. En estas circunstancias, es obvio que lo mejor es parapetarse y quedarse dentro de la casa. Lo que lamentablemente no significa que no existan otros peligros. Por ejemplo, un grave accidente que pueda afectar al padre y dejar a las dos hermanas desamparadas.

Adaptada de la novela de Jean Hegland, En lo profundo del bosque, la nueva película de la directora canadiense Patricia Rozema (Escuché a las sirenas cantar, Cuando cae la noche, Mansfield Park) es, técnicamente, una película de ciencia ficción, más precisamente de las denominadas post-apocalípticas, que a su vez establece cruces con las películas de supervivencia. Pero solamente a nivel estructural, a muy grandes rasgos, como para dar un marco.

Porque, a diferencia de las películas más convencionales de estos dos géneros, En lo profundo del bosque está centrada en el devenir diario de una inesperada y muy ardua vida entre dos hermanas que hacen todo lo posible para mantenerse a flote, para no deshumanizarse y no perder toda ilusión. No se trata, entonces, de todo lo que está pasando en el mundo después del apagón. No importan las consecuencias a gran escala. Porque la escala más grande está dada en el vínculo entre Nell y Eva.

En ese registro de lo cotidiano, Rozema observa con perspicacia y detalle los vaivenes emocionales de las hermanas, los modos en los que se ayudan pero a veces también se rechazan, los afectos que se movilizan en una situación de tanta indefensión. Hay una mirada realista y comprometida en la representación de este ominoso estado de las cosas, y justamente por eso nada se logra por arte de magia. Casi todo hay que aprenderlo de nuevo, hacerlo de otro modo. Y ver si funciona.

Gran parte de la sensación de verosimilitud tan marcada tiene que ver con las más que convincentes actuaciones de Page y Rachel Wood. No solo porque realmente hablan y actúan como auténticas hermanas, sino también porque se parecen, se diferencian, y se complementan. Nell, es decir Page, es más decidida, más centrada, más pragmática. Pero no siempre. Eva, es decir Rachel Wood, es más inestable, más desesperanzada, más frágil. Aunque a veces no tanto.

Casi toda la película transcurre dentro de la casa y por eso la casa se transforma en un microcosmos que da cuenta de lo que todavía se puede hacer, un espacio que intenta mantener un equilibrio que el mundo de afuera ya no tiene, un territorio que puede ser un refugio durante un buen tiempo. Incluso se podría pensar que quizás existan otras casas similares en otros lugares. Siendo aún más optimista, tal vez hasta se pueda volver a empezar de cero. Es solo cuestión de continuar y esperar, esperar y continuar. Y apostar por una nueva vida.

En lo profundo del bosque (Into the Forest, Canadá, Estados Unidos, 2015). Puntaje: 7

Dirigida y escrita por Patricia Rozema (basada en la novela de Jean Hegland). Con Ellen Page, Evan Rachel Wood, Max Minghella, Callum Keith Rennie, Michael Eklund, Sandy Sidhu. Fotografía: Daniel Grant. Música: Max Richter. Montaje: Matthew Hannam. Duración: 101 minutos.