“En Palestina hay una gran tradición que sigue vigente en la actualidad. Cuando alguien se va a casar los hombres de la familia, normalmente los padres y los hijos, tienen que entregar las invitaciones de boda en mano a todos y cada uno de los invitados. Ni se envían por correo ni las puede entregar otra persona. Se considera una falta de respeto si las invitaciones no se entregan personalmente. No conozco ninguna zona donde se cumpla la tradición como los palestinos que viven en el norte, donde está presente el “wajib”, que significa deber social”, dice Annemarie Jacir (La sal de esta tierra, When I Saw You) a propósito de su nueva película, Invitación de boda, ganadora de los premios a Mejor Película y Mejor Actor (Mohammad Bakri) en el Festival de Mar del Plata, y también a Mejor Película en los festivales de Locarno y Londres.
Como experiencia personal, la directora tuvo la oportunidad de acompañar al hermano de su marido cuando se casó, quien tenía que entregar las invitaciones junto con su padre. Así, durante cinco días, atravesó la ciudad y los pueblos aledaños para entregar todas las invitaciones. De ahí surgió la trama para Invitación de boda, que narra la historia de Abu Shadi (Mohammad Bakri), un profesor divorciado de 65 años que vive en Nazareth y está a cargo de preparar la boda de su hija. Shadi (Saleh Bakri), el hijo, es arquitecto, vive en Roma desde hace dos años, y viene a ayudar a su padre a entregar las invitaciones en mano.
Pero la relación entre padre e hijo no está en el mejor de los momentos – de hecho, hay viejos rencores, diferencias irreconciliables y pases de facturas varias – por lo que todo el periplo de visitar a familiares, amigos y conocidos para invitarlos a la boda se va a convertir en una pequeña road movie con muy singulares características. Porque si bien no se trata de un largo viaje en términos geográficos, sí hay una marcada distancia afectiva entre padre e hijo y eso no le hace bien a ninguno de los dos.
Lo primero que llama la atención en este drama intimista es la sensación de autenticidad y cercanía que sus personajes destilan. No es necesario estar familiarizado con los aspectos culturales e históricos de algunos de los temas que se abordan para sentir que estas personas seguramente hablarían y se comportarían así en la vida real. Sobre todo porque, en el fondo, los problemas que atraviesan estos personajes – las diferencias generacionales, los reclamos entre parientes, la pertenencia a tal o cual lugar – son comunes a muchos individuos y muchas familias alrededor de todo el mundo. Es fácil, entonces, empatizar con el dolor silencioso de un hijo que recibe una mirada desaprobatoria por parte de su padre o con la frustración de un padre que siente que su hijo ya no le perteneces ni a él ni a su cultura. Que Mohammad Bakri sea el padre de Saleh Bakri en la vida real seguramente es un plus para que todo sea tan genuino.
A la vez, todo el telón de fondo político y social se va desplegando sin brusquedad, en un ida y vuelta con las aristas más intimistas. Que Invitación de vida entretiene e invita la reflexión es cierto. Pero también es cierto que desaprovecha, al menos un poco, la oportunidad de profundizar más en los conflictos. Enunciarlos, delinearlos y explorarlos está muy bien, es el primer paso. El punto es que hay más tela para cortar y esa tela queda medio intacta. No ayuda, tampoco, que algunas resoluciones se tornen previsibles, más si intentan ser sorpresivas.
Aún así, la nueva película de Annemarie Jacir es coherente con su propuesta, ofrece una primera mirada con no pocos detalles, y tiene un efectivo sentido del humor. Y las interpretaciones son dignas de aplaudir. Sabiendo lo que se puede esperar, es disfrutable.
Invitación de boda (Wajib, Palestina, Francia, Alemania, Colombia, Noruega, Dinamarca, Qatar, Emiratos Árabes, 2017). Puntaje: 7
Dirigida y escrita por Annemarie Jacir. Con Mohammad Bakri, Saleh Bakri, Maria Zreik, Rana Alamuddin, Tarik Kopty, Morena Shehadeh, Lama Tatour. Fotografía: Antoine Heberle. Montaje: Jacques Comets. Sonido: Carlos García. Duración: 96 minutos.