“¿Por qué realizar esta película? Me motivó explorar la difícil relación entre el universo literario y el cine, que parecen haberse amalgamado entre estos dos creadores, en el marco de una época, los años 60, particularmente rica para ambos géneros que abrieron nuevos caminos en Latino América y en el mundo”, señala la directora Cinthia Rajschmir acerca de su documental Cortázar & Antín – Cartas iluminadas, una obra sensible que elige desplegar una mirada intimista sobre dos artistas únicos, su vínculo y toda una época. Muchos documentales eligen la distancia de la objetividad, y eso no tiene nada de malo, pero para este documental en particular la cercanía de las subjetividades es más rica. De hecho, es difícil pensarlo en otros términos.
La época es los años 60, los protagonistas son el cineasta Manuel Antín (actual decano de la Universidad del Cine) y Julio Cortázar, y el vínculo entre ellos comienza cuando el escritor empezó a enviarle cartas al director. Antín le responde y así las cartas cruzaron el Atlántico dando lugar a una fluida correspondencia que duró un largo tiempo. Primero, Manuel filmó tres películas basadas en cuentos de Julio, en sintonía con la Generación del 60 que buscaba desarrollar un cine de ideas e innovaciones formales. Luego, a la distancia, Cortázar y Antín escriben juntos el guión de Circe, uno de los mejores relatos del escritor y también una de las mejores películas del director.
Cinthia Rajschmir explora las tensiones entre la literatura y cine, cada una avanzando y resignificando tiempos y espacios para crear otra cosa que no es réplica de sus fuentes. Esta intertextualidad nutre a la literatura de los recursos del cine, aunque quizás esto implique una “traición” a su pureza original. Del mismo modo, el cine se ve “invadido” por la palabra escrita, pero de la mejor manera posible, es decir originando una inesperada metamorfosis. Cada artista defiende su mirada, pero también están dispuestos a ceder y adoptar miradas nuevas. No casualmente todo esto ocurre en el contexto de los años 60, un momento del mundo y de la Argentina donde ideologías humanistas y de renovación se unían con movimientos plenos de creatividad y originalidad.
Cortázar & Antín – Cartas iluminadas recurre al tradicional formato de entrevistas a cámara y allí aparecen Antín, la escenógrafa Ponchi Morpurgo y esposa del director, su hija María Marta Antín, el reconocido director de fotografía Ricardo Aronovich, las actrices Graciela Borges y Dora Baret. El problema habitual con el modelo de entrevistas es que la narración recae casi por completo en las palabras, que suelen ser muchas y demasiado explicativas, como si el espectador no pudiera elaborar nada por su cuenta. En el documental de Rajschmir no pasa nada de todo lo anterior.
Aparte de entrevistas hay invalorable material de archivo – fotos, grabaciones y, por supuesto, cartas – , pero no es solo por eso que la narrativa funciona tan bien. Es el trabajo de montaje y el saber muy bien qué fragmentos de las entrevistas incluir lo que hace que la película sea orgánica, que fluya sola. Se percibe, también, que los entrevistados están cómodos, relajados, que no se sienten invadidos por la directora y eso genera un aire de familiaridad. Por otra parte, hay otro elemento que le da una marca distintiva: una elusiva sensación de nostalgia, y tal vez un poquito de melancolía, por un tiempo que ya pasó y por un vínculo que ahora habita los meandros del recuerdo.
Cortázar y Antín, cine y literatura, múltiples cruces que son revelados – hasta cierto punto, ya que debe ser muy vasto el legado – a través de la mirada afectuosa de una directora que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo, dejando puertas abiertas para futuras incursiones.
Cortázar & Antín – cartas iluminadas
Dirigida por Cinthia Rajschmir. Escrita por Cinthia Rajschmir y Alejandra Marino. Música: Horacio Straijer. Montaje: Liliana Nadal. Sonido: Santiago Roldán, Gustavo Pomeranec, Adrián Rodriguez..